No sólo encontrarás vino caliente en los mercados de Navidad de Europa. Aunque es la bebida tradicional más asociada al adviento, existen más tipos de brebajes. La mayoría son derivados del ponche, muy popular entre los alemanes.
Uno de los más exitosos es sin duda el Feuerzangenbowle, una larga palabra compuesta que une tres conceptos que lo explican todo: fuego (Feuer), zangle (pinzas) y bowle (bebida con frutas).
La pasión por este ponche caliente ya la había visto en algunos mercadillos de Viena, pero fue en Núremberg donde constaté su éxito y su espectacular puesta en escena.
Para crear la mezcla de vino tinto seco, clavos de olor, canela, rodajas de limón y en ocasiones zumo de naranja se utilizan calderos gigantes con espectaculares puestas en escenas donde el fuego (o en su defecto) el color rojo del fuego tiene su protagonismo.
Además de los calderos, hay otro elemento muy característicos de los puestos de Feuerzangenbowle: el feuerzange, unas pinzas metálicas con agujeros que se utilizan para los dos últimos ingredientes como son el ron y el azúcar. La pinza perforada permite sujetar unos conos de azúcar que se encienden con fósforos sobre la boca de la olla y que se diluyen en forma de gotas sobre la olla para proporcionarle un aroma y sabor especiales.
Durante el encendido del cono se producen grandes llamas que se avivan con ron de alta graduación a modo de queimada. El ron que se suele usar es el de la marca austríaca Stroh. Para detectar rápido las llamas normalmente se quema en zonas oscuras.
Las llamas producen un ambiente mágico y es muy habitual que alrededor de esos calderos se instale un bar. Como sucede con el vino caliente, el Feuerzangenbowle también se sirve en vasos especiales normalmente más grandes que se pagan a parte y que se pueden devolver (y con ello tu dinero) tras la consumición.
Como he te avanzado, una de las cosas que más me llamó la atención de mi visita a los mercadillos de Navidad de Núremberg fue esa devoción por los grandes calderos de Feuerzangenbowle. Pude tomarme uno en los puestos de detrás de la catedral junto a muchísimos alemanes que aprovechaban la últimas horas de apertura del mercado para brindar con este ponche.
Pero sin duda el más espectacular es Die Nürnberger Feuerzangenbowle situado justo debajo del Fleischbänken que llega a la Plaza de la Catedral. Cuenta con una caldera especialmente creada con un diámetro de 2,50 metros y una altura de 3,40 metros, lo que supone una capacidad de hasta 9000 litros. Calentar el contenido tarda 48 horas, lo que requiere 40 kilovatios hora de electricidad.
El ambiente suele ser animado y se proyectan imágenes de la película de culto «Die Feuerzangenbowle» con Heinz Rühmann, un film tradicional que los alemanes suelen ver con amigos o en familia cuando hacer el ponche en casa, algo así como ver «La Gran Familia» en España durante las navidades.
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